martes, 4 de agosto de 2015

Abuela Vava

De chico no me salía decir Elvira y le decía Vava. 


Adiós, viejita chota, no sé si dejarás de fumar, no sé
qué se hace del otro lado.
Quizás allá también sigas balconeando y echando
humo, tapadita con una frazada.
Lo cierto es que ya no me pelearás más, no puedo
prometerte que desde acá no lo haga,
yo sigo siendo un joven gruñón.
Adiós, vieja, me quedo con tu última pregunta «de
cómo salieron las elecciones»,
me quedo con esos abrazos gordos que
regalaste todo ese último tiempo.
Andá ligera, aquí quedan tus setenta y siete enseñanzas,
gracias.
Ahora subí, subí que ya sale, la nube está amarrada
en el puerto de Olivos.
Seguro pasan tango, quedate tranquila, vas a poder
cantar todas las canciones.
Subí, subí que ya sale, suelto las amarras, dale.
Allá vas, al final, al final que todos sabemos:
Elvira Rosa Caposio, volando en un ramo de nubes,
buenos vientos, vieja.


Homenaje incluido en el libro Cajita de Cartón.


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